Incluso en el marco de la pandemia, las proyecciones de crecimiento de la industria del software son buenas y la generación de puestos de trabajo parece asegurada.
“Epidata, como empresa, pudo seguir sin ningún problema. Las dificultades más grandes que tuvimos fueron menores en comparación a las que han tenido que enfrentar otros sectores, como alguna máquina que se rompió o proveedores que se quedaron sin equipos en la segunda semana de pandemia.” Señaló Adrián Anacleto, CEO de Epidata y vicepresidente de la Cámara de la Industria Argentina del Software (Cessi).
”Tuvimos que estar muy cerca de los clientes para ayudarlos a adaptar su infraestructura para poder trabajar con nosotros y con sus respectivos clientes.
A nivel general los problemas más grandes en Argentina tienen que ver con la cadena de pagos, que sigue dañada. Hay muchas empresas que perdieron rentabilidad, pero otras que no y están aprovechando de alguna manera la situación para tratar de sacar el mayor provecho posible. Igualmente, comparado con el contexto del resto de las industrias, se podría decir que el software está bien.
Adrián AnacletoCEO de Epidata
En cuanto a los cambios permanentes que podría traer el coronavirus, opina que habrá una serie de conductas y prácticas de trabajo que llegaron para quedarse. El trabajo remoto, por ejemplo, es menos costoso, pero hay otros posibles daños que hay que tener en cuenta, aunque todavía no se hayan materializado, como es el caso de la necesidad de mejorar la seguridad informática.
La demanda de profesionales va a ser cada vez mayor, independientemente de lo que pase. El problema de la falta de talento es un tema importante. A pesar de todo lo que se está haciendo, no se logra que crezca la cantidad de chicos y chicas que ingresan a carreras relacionadas a la informática. La pandemia va a ser positiva desde el punto de vista de la alfabetización digital. Muchos chicos que no tenían smartphones ni acceso a ninguna pantalla, ahora sí lo tienen. Los mismos ecosistemas están buscando la vuelta para que logren acceso, aun en los barrios más humildes.
La base de la pirámide son los programadores. Los sistemas se desarrollan alrededor de ellos. Son indispensables porque, por cada programador, se generan más puestos de trabajo, como testers y analistas. El programador es el corazón que hace que el resto del cuerpo funcione.
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